miércoles, 18 de marzo de 2009

Hace diez años

No recuerdo bien que ropa llevaba antes de las 9:10 de la mañana, (creo que esto se tratara de eso: que recuerdo y que no). Pero termine vistiendo, lo que por encargo de mi mamá "ponte algo oscuro", fue un pantalón gris de cótele ancho que aun guardo y ocupo de vez en cuando, y un polerón azul marino que ocupaba para ir al colegio; de esta ultima prenda no se nada hace algún tiempo, aunque he tratado de encontrarla, pero no aparece por ningún lugar. Antes de escoger lo que me pondría me quede largo rato mirando las cajoneras de mi cómoda, pensando en que era lo mas apropiado para vestir en aquel momento y en los momentos que vendrían y la forma apropiada de afrontarlos y de como cambaría mi forma de vestir de ahora en adelante, creo que entraron dos o tres veces a apurarme; rompiendo completamente mi opción al pudor de ser visto en calzoncillos y llorando, pero sin llanto. ¿Zapatos o zapatillas?, no me acuerdo. Salí de mi pieza y hacia calor para un polerón y pantalones de cótele.
El palomo era un auto gris supuesto Honda, un Civic chiquitito importado por Nipón. Accord de tres puertas armado a la mala con piezas restantes, por lo tanto quizás el modelo sea un invento de mi tío Jano, propietario del auto, antes del palomo tuvo uno con las mismas características de color amarillo que también tenia sobrenombre de ave. Creo que el palomo aun existe y del auto amarillo quedan algunas piezas en una pequeña bodega que hay en mi casa. No recuerdo bien en cual de los dos autos mi tío nos fue a buscar. En el camino me dedique a mirar los semáforos y como la gente pocas veces los respeta como realmente debe ser, el camino fue largo, lento y recto casi sin curvas. Y hoy me sorprende que una de las cosas que más recuerde es que el Pato me dijera que dentro de dos días debía seguir viviendo y respetando semáforos, los que no se detendrían por los acontecimientos ocurridos o que vendrían.
No, no tenia calor aunque estuviera vestido para un día nublado en un día con un gran sol, un día en el cual estaría muy ocupado en familia resolviendo tramites, no se bien de donde salio, pero todo el camino nos acompaño una botella de agua con alguna hierba que producía efectos calmantes, ahora bien tengo confusiones de si efectivamente este liquido nos acompaño o comenzamos a beberlo cuando llegamos a la casa.
Cuando volvimos la casa estaba llena de gente, pero no recuerdo quienes ni cuantos, solo la Camila y el Gonzalo que estaban muy mal, creo que peor que yo; sobre el mueble grande del comedor había una vela encendida. Yo camine a mi pieza que esta al fondo y cuando llegue para estar un poco tranquilo descubrí que mas de la mitad de los muebles estaban apilados y que con suerte había un reducido espacio en mi cama para que me sentara, nunca llegue a hacerlo cuando estaba apunto de sentarme llego alguien, no se quien, con la botella de agua calmante que me mantenía algo adormecido además de la situación poco entendible, y me saco de mi pieza. Mucha gente, demasiada información, mucha agua psicotrópica y un par de pastillas obligadas a tomar, y hoy agradecido de todos los que me provocaron somnolencia y me impedían estar tranquilo, mirar mi cómoda y llorar, pero esta vez con llanto, tan agradecido que no recuerdo sus caras.
En fin... las cosas que siguieron no fueron muy diferentes: cada vez mas gente, cada vez mas drogado y en ningún momento solo o abrazado a mi mamá o mi hermana y peor aun nada de llanto.
Recuerdo poco y lo que recuerdo aun me da pena y un poco de rabia. Rabia: si hubiera mirado más rato mi cómoda habría decidido que ponerme al día siguiente y no me habrían vestido como un payaso del circo de las águilas humanas.
Disaronno Amaretto, viene en una botella rectangular y tiene tapa cuadrada, una linda botella para guardar después de que se acabe, yo ya lo había probado, poco porque aun no tenia permiso oficial para beber controlando yo mismo mis raciones, el asunto es que habíamos tomado muy poco y era un muy agradable y rico amaretto, ahora lo puedo decir porque ya he probado otros y he vuelto a tomar Disaronno y sigo pensando en lo agradable que es. La botella estaba casi llena y hoy pienso que quizás en algún momento lo podría haber disfrutado con mi papá. Claro si el no se hubiera muerto esa mañana del 18 de Marzo a las 9:10 (hora exacta que vi en los números rojos de su radio reloj al momento de recibir la noticia directamente del hospital sin minuto de tardanza), o si mis muy devotos conocidos, familiares o no, que nos acompañaban en esas "horas difíciles" hubieran esperado a que los calmantes, justamente necesarios, hicieran efecto para tomar la determinación de tomarse todo el amaretto de mi papá en compensación por una ardua jornada de recogimiento.
De todas formas me conformo con saber que te revise entero cuando te vi en la salita morgue del hospital; que te toque , te mire, te revise, te bese, te hable, me despedí y llore con llanto, pero solo un rato hasta que me sacaron. Afuera, los semáforos seguían funcionando.
Hace diez años de ello ya, pero aun sigo teniendo ganas de comerme un oba-oba y sentir el olor a humedad de tu chaquetón un día de lluvia.
Hace diez años ya de esto, pero aun creo que te veré si miro hacia el techo cerca del palto. Hace diez años ya y aun ocupo tus camisas y algunos pantalones y chalecos los guardo, vez... cambie mi forma de vestir